Esta mañana, junto con otras amigas fotógrafas, he visitado el hayedo encantando de Urbasa.
Hemos madrugado un poco, para evitar las aglomeraciones de gente, asique cuando hemos llegado las plantas y hojas seguían cubiertas por una pequeña capa de rocío. No hemos tenido suerte y no había niebla, pero todo no puede ser!!!
Yo no había estado nunca en este lugar, pero había oído hablar mucho de él y tenía ganas de conocerlo, y de fotografiarlo 😉
Seguramente habrá épocas del año en las que esté más bonito, porque ahora los árboles no tenían hojas, pero también tiene su encanto visitarlo de esta manera.
Hay enormes piedras cubiertas de musgo, y da la impresión de que Basajaun quizá nos está vigilando desde detrás de cualquiera de ellas.
Las piedras y árboles se entremezclan de manera increíble, dando la sensación de que los árboles nacen de las piedras.
Después de pasar toda la mañana entre los árboles disfrutando de nuestra afición común, nos hemos ido a comer juntas una suculenta comida vasca, ¡no hay mejor manera de terminar la jornada!