Y seguimos con los almiares

En esta ocasión me he acercado hasta otro almiar distinto a los de la noche pasada y me he llevado a una pequeña ayudante de 10 años que tenía curiosidad por ver como se hacían estas fotos.
Aprovechando a la guapa modelo, he realizado algunas fotos hoy.
Lo mejor de todo es que lo hemos pasado estupendamente y ha disfrutado de ese universo de estrellas que desgraciadamente no se puede contemplar ya desde tantos sitios como nos gustaría.

El pozo de las paredes

Este verano he vuelto a un lugar que visité por primera vez hace un año, se trata de una zona del río Tormes de increíbles aguas frías y cristalinas donde campan a sus anchas las truchas.
La verdad es que cuesta un rato meterse en el agua para darse un refrescante baño y no se aguanta mucho tiempo dentro, pero el lugar es tan bello que merece la pena.
Lo malo, es que es un sitio que no sólo me gusta a mi, y se suele llenar bastante de gente que va a pasar el día rodeados de esta increíble naturaleza.

Almiar en la noche

En algunos pequeños pueblos de la provincia de Avila, se conserva aún la tradición de construir almiares de heno. No son frecuentes, pero en mis paseos durante el día había localizado algunos bien ubicados para la fotografía nocturna.
Aprovechando los cielos despejados y las buenas temperaturas que estamos teniendo este verano, he podido fotografiarlos hoy, incluso permitirme el lujo de esperar el tiempo suficiente de hacer una circumpolar.

Conquistando la tortuga

Costó encontrar la tortuga de la que nos había hablado otro compañero fotógrafo, pero al fin dimos con ella y mereció la pena. Tuvimos que esperar a que la vía láctea se posicionara en el encuadre junto con la tortuga, para conseguir la foto que quería, y mientras se posicionaba, aproveché para fotografiar algún curioso árbol cercano.

Daroca

Aconsejados por el dueño del lugar donde nos alojábamos, hemos ido hoy hasta Daroca, un precioso pueblo que nos ha cautivado desde el primer momento y donde además se come estupéndamente. Hemos paseado por sus calles, y hemos subido hasta el «castillo mayor» a pesar del calor que hacía.
Me ha soprendido gratamente la amabilidad de sus gentes, nada más llegar un señor que me ha visto con la cámara ‘profesional’ como decía el, ha querido darme consejos sobre los mejores lugares para visitar y fotografiar en Daroca, se agradece de verdad esa manera de recibir al visitante.