Hoy, tras visitar las Cuevas del Aguila, hemos decidido parar a comer un bocadillo en lo más alto del Puerto del Pico, junto al monumento a los caídos. Un lugar con unas vistas preciosas, a las que han acompañado unas nubes con unas texturas muy bonitas.
Camino a casa, hemos parado varias veces más a fotografiar nubes. La verdad es que los cielos son mi pasión, y en tierras abulenses suelen ser especialmente bonitos.