Carrera de colores en Barco de Avila

Este mes de Agosto se ha celebrado la primera edición de la carrera de colores celebrada en Barco de Avila, un evento que parece que se ha puesto de moda en diferentes pueblos y ciudades, sobre todo en verano. Niños y mayores corren mientras les echan polvos de colores que luego se lavan fácilmente.
Es realmente divertido, aunque un poco peligrosillo llevar la cámara… la he metido en una bolsa de plástico para protegerla de los polvos de colores, y me he sumado a la fiesta mientras algunos familiares y amigos participaban en la carrera.
La verdad es que ha sido una experiencia divertida, que espero que repitan muchos años más.

Conquistando la tortuga

Costó encontrar la tortuga de la que nos había hablado otro compañero fotógrafo, pero al fin dimos con ella y mereció la pena. Tuvimos que esperar a que la vía láctea se posicionara en el encuadre junto con la tortuga, para conseguir la foto que quería, y mientras se posicionaba, aproveché para fotografiar algún curioso árbol cercano.

Nunca digas de este agua no beberé…

Cuando hace un par de años mi amigo Alex me contaba que había hecho fotos nocturnas junto a un cementerio, le respondí que como se le ocurría, que yo no tendría el valor, y de veras que así lo creía.
Quien me iba a decir que no tanto tiempo después estaría haciendo algo parecido, y la verdad es que tampoco ha sido tan traumático, eso si como dice Mecano ‘sin pasar de la puerta…’
Y tras la aventurilla de las cruces, me he acercado a Neila de San Miguel, un lugar precioso, pero al que llega demasiado contaminación lumínica de las farolas cercanas, y la circumpolar no ha quedado tan bien como yo hubiera querido.

Luna llena sobre el castillo de Valdecorneja

Hoy tocaba luna llena, una excusa como otra cualquiera para salir a hacer fotos a la noche. Tras pensar algunos escenarios, he decidido acercarme al Castillo de Valdecorneja donde he esperado pacientemente a que saliera la Luna… Primero fotos sin luna, luego con luna, y finalmente con luna más una curiosa nube, la única en el cielo, que se ha posado caprichosamente sobre el castillo y lalLuna… así es la naturaleza, siempre sorprendiéndonos.

Caballitos del diablo y corazones

Todavía quedan algunos rincones del río Tormes que no son invadidos por los bañistas en verano. En estos lugares privilegiados, campan a sus anchas algunos animalillos como los «caballitos del diablo» (Zygoptera). Yo tengo la suerte de tener uno de esos lugares muy cerca de mi lugar de veraneo y lo he visitado varios veces los últimos días.
La fotografía es una excusa más para disfrutar en soledad de la naturaleza que nos rodea, es todo un lujo estar en lugar del río casi salvaje, rodeada de caballitos del diablo, que son tan confiados que acaban posándose en la cámara, en el objetivo y sobre mi, mientras lo único que se oye es el arrullo de la corriente del río. Y así me he pasado horas observando y fotografiando a estos curiosos seres, mientras los machos volaban persiguiendo a las hembras, o las hembras ponían sus huevos bajo el agua.
Me llama especialmente la atención que durante la cópula, los caballitos del diablo forman un corazón con sus colas, y me encanta fotografiarlos como podéis ver.