Esta mañana he vuelto a asistir a la puesta en marcha de los molinos de la ferrería de Agorregi (Aia) .
Los Departamentos de Cultura y Euskera de la Diputación Foral de Gipuzkoa han recuperado estas instalaciones hidráulicas construidas en el siglo XVIII, pudiéndose ver en la actualidad en funcionamiento.
Desde la Edad Media se ha venido utilizando el agua en Euskal Herria como generador de energía. Según la información recogida, la ferrería pertenece a esta época, estando en posesión del Señor de Laurgain. Los primeros datos la sitúan a comienzos del siglo XV. Era una ferrería mayor donde se conseguían los tochos de hierro que luego se llevaban a las ferrerías menores donde los forjaban. Las materias primas para conseguir el hierro eran: el mineral de hierro, el carbón vegetal y el agua de los ríos. En cambio en los molinos se conseguía harina moliendo grano de trigo y maíz.
La originalidad de Agorregi reside en el aprovechamiento del agua. En la renovación efectuada en el siglo XVIII, las anteparas (depósitos de agua) están situadas a distintos niveles de altura, consiguiendo con ello que el agua sea utilizada una y otra vez, y así poder paliar el problema de la escasez de caudal.