En el día de hoy he vuelto a un lugar donde estuve hace ya varios años: los pilones, en Jerte.
Se trata de un lugar precioso, donde el agua ha ido erosionando el granito del río y ha formado unas preciosas pozas de aguas cristalinas.
Tenía el recuerdo de un camino complicado, pero el paso de los años y el crecimiento del turismo ha hecho que ahora el camino sea mucho más sencillo y accesible, y por tanto también había más gente allí de la que yo hubiera deseado.
Madrugar siempre ayuda al fotógrafo y pude hacer alguna foto antes de que llegara la avalancha de veraneantes…
Este verano he tenido la suerte de poder compartir conocimientos fotográficos con un buen fotógrafo y mejor persona que reside en el lugar donde paso parte del verano. El conoce la zona mucho mejor que yo, y con gran generosidad ha compartido conmigo esos conocimientos.
A ambos nos gustan entre otras las fotos nocturnas, y como no son tantas las ocasiones en que se puede disfrutar de ellas, hemos ido hoy a intentar hacer alguna fotografía, a pesar de que la luna nos iba a poner difícil ver el centro galáctico.
A pesar de todo hemos disfrutado de unas horas aprendiendo juntos y disfrutando de nuestra afición, y estoy segura de que lo seguiremos haciendo cada vez que me acerque por esa zona.
Estas fotos van dedicadas a ti Angel, ¡¡gracias por todo!!
Hace unas semanas compré diferentes colorantes y espesantes con la idea de hacer experimentos fotográficos con ayuda de mi trigger, mi flash y unas cuantas herramientas caseras.
Hoy me apetecía hacer estas fotos, y he desmontado el comedor para fabricarme un estudio improvisado con los pocos medios que tenía y ahí he pasado la tarde, intentando hacer algunas fotos que tenía en mente y otras que se me han ido ocurriendo sobre la marcha.
La verdad es que el tiempo se ha pasado volando, y aunque he hecho muchas fotos, no he conseguido dos iguales.
Este verano también he podido disfrutar de los bonitos atardeces rojos que he visto cada día, a veces cogía la cámara y otras veces me limitaba a disfrutarlos.
Los pocos días que hemos tenido nubes, han sido más bonitos aún.
Dicen que a las mujeres nos gustan los colores cálidos de los atardeceres y amaneceres y al menos en mi caso es verdad, ¡me encantan!
En esta ocasión me he acercado hasta otro almiar distinto a los de la noche pasada y me he llevado a una pequeña ayudante de 10 años que tenía curiosidad por ver como se hacían estas fotos.
Aprovechando a la guapa modelo, he realizado algunas fotos hoy.
Lo mejor de todo es que lo hemos pasado estupendamente y ha disfrutado de ese universo de estrellas que desgraciadamente no se puede contemplar ya desde tantos sitios como nos gustaría.